viernes, 20 de enero de 2012

Trenes Perdidos


Siempre que un tren se escapa y nos quedamos en la estación parados, muertos de frío, rodeados de escarcha esperando otro tren, pensamos que el siguiente es el que por fin nos llevará al destino que tanto anhelamos.
Trenes perdidos que pasan por delante de nuestros ojos, a veces tan rápidos que no nos da tiempo a subirnos, pero la mayoría de las veces a destiempo. Trenes que rozamos con las manos y nos llegamos a quemar, pero que por una u otra razón no conseguimos saltar dentro, tan solo imaginamos el calor de su interior, los confortables asientos, pero no entramos ni conseguimos siquiera imaginarlo.
Trenes que se escaparon irremediablemente, que nos montamos y nos bajamos con la esperanza de volverlo a coger, pero que no volvieron a pasar nunca y poco a poco se van perdiendo en el horizonte, desdibujando una figura que en otro tiempo fue tu casa y ahora parece tan lejana... Trenes perdidos..
Trenes que van y vienen, que se alejan y retornan una y otra vez hasta darte cuenta que siempre estas haciendo el mismo recorrido, pero que su acero te atrapa en el interior y ahora a apenas quedan ganas de bajarse y esperar al siguiente.
Trenes que nunca debimos coger, de los que debimos bajarnos hace tiempo y en los que permanecer es una perdida de tiempo.
Trenes que van y vienen...
He vivido con la esperanza de encontrar el tren que haga el recorrido perfecto, con los raíles nuevos y una ruta llena de aventuras, con asientos de madera, y olor a calidez ... El tiempo me ha hecho recordar todos los que dejé atrás, todos los que se perdieron, los que se pierden...los que se alejan y no puedo retener, los que no quieren quedarse, lo que empujé para que arrancaran y buscaran su propio destino...
Y a veces, pocas veces, me miro en el espejo de la estación, hago un hueco en el vaho del cristal y veo mi rostro reflejado, sonriendo, con la mirada puesta en el horizonte y todos los trenes que mientras tanto pasan por mi espalda.
Miro el reloj de la estación y pienso que se ha hecho tarde y que ya no va a pasar ninguno.
Mejor irse a casa, mañana tal vez ...

domingo, 8 de enero de 2012

Crear, pensar, vivir ...


Hace tiempo que descubrí la importancia de imaginar, de crear en mi mente lo que quiero que sea mi vida, con la paciencia y el dejar a hacer al destino su trabajo.
Los seres humanos somos unicos, capaces de componer canciones, de escribir novelas, de inventar aviones y barcos, de crear nuevas vidas a partir de nuestra imaginacion; soñar ciudades, edificios, catedrales, puentes y monasterios; de hecho me atrevería a decir que vivimos en un planeta imaginario, en un mundo surgido de una idea, o de millones de ideas que a lo largo de la historia han surgido en las mentes de los que habitaron este mundo.
Todo lo que nos rodea no deja de ser producto de la imaginación. Lo que comemos, lo que vestimos es simplemente el producto final de la mente de alguien, de un proyecto, de una idea.
Existimos porque imaginamos y cuando desenredamos la capacidad de imaginar de nuestras neuronas y las ponemos a trabajar somos capaces de crear lo mas insolito, lo inimaginable, lo increible y con esto transformamos el mundo hasta ahora conocido. La capacidad de avanzar, de sacar adelante nuevos proyectos, de enfrentarnos a nuevos retos, incluso de tropezar, a menudo nos conduce a nueva idea, a una buena idea.
Todos tenemos la capacidad de imaginar y de crear, lo que pasa es que tenemos que desarrollarla. Tenemos que aprender a ser creativos de la misma manera que debemos aprender a leer o escribir, como una formula para mejorar nuestra vida para alimentar nuestro cerebro.
Deberiamos pensar en varias cosas a la hora de desarrollar nuestra creativad, por ejemplo qué nos gusta, que campo es en el que queremos emplearnos, que nos motiva, y sobre todo imaginar como queremos que sea nuestra vida. Dedicarnos con pasión a ello. La pasión es otro ingrediente fundamental para ser feliz, porque la creatividad es pasion y la pasion lo que mueve nuestra vida y el mundo en donde vivimos.
Arriesgar, lanzarse, aunque a veces salga mal, por qué tras caer muchas veces se aprende que se conseguirá, que todo es cuestion de insistir.
Hay una ley no escrita, algo así como universal, que algunos ahora la llaman "el secreto" y la dotan de un aspecto casi paranormal o parafísico, pero que para mí es más evidente que todo eso: Es la ley de atracción, somos lo que pensamos, lo que imaginamos de nosotros mismos, y atraemos a nuestra vida. Lo que conseguimos visualizar, imaginar; porque cuando imaginas algo que quieres para tu vida, tu cerebro se pone a trabajar y todo tu mundo conspira para que esto llegue, no de forma mágica, sino porque fuimos capaces de crearlo en nosotros mismos.
Hace tiempo que cambié el chip y cada vez que algo va mal, lo cambio por un pensamiento positivo, por un proyecto, por una idea, y el tiempo me ha demostrado que mis neuronas se encargaron, no se sabe como, de transformar mi mundo y hacerlo justo como me lo imaginaba.
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