viernes, 15 de octubre de 2010

Sociedad y Melancolía

Y es que en mis años de vida, cada vez que me paro a pensar en esta sociedad, vista con el prisma que la vea, lo único que me provoca es una profunda melancolía. Casi tristeza.
Ayer falleció Manuel Alexandre, el abuelo de voz temblorosa y gesto amable al que tuve oportunidad de ver en el teatro años atrás, junto con López Vázquez y Agustín González, todos ellos muertos. Desaparecidos. ¿Cuánto tiempo tardamos en olvidar a los grandes que se van? ¿Cuánto tardamos en sustituirlos por otros nuevos, mas jóvenes y novedosos? Ayer todo eran lágrimas y despedidas al abuelo que todos quisimos tener, mañana nadie le recordará. Esos son los afortunados a los que no se recuerda, peor son los difuntos a los que sin posibilidad de defensa, se les insulta o se saca del armario polvoriento de su casa, todo tipo de trapos sucios.
Ay! La sociedad española. El otro día, el doce de Octubre día de la fiesta nacional asistí con cierto desconsuelo al abucheo de Zapatero. No seré yo quien lo defienda, pero me hizo pensar que ese mismo abucheo le escuchó Aznar, y antes González. Ningún presidente del gobierno, elegido entre palmas y votos por nosotros mismos, ha salido en hombros de la Moncloa. Ninguno. Todos ellos has salido de la política insultados, vilipendiados y abucheados. Es triste ¿No?. Claro que mas triste es nuestra clase política enfrentada entre si y con una ciudadanía sumergida, como poco, en la indiferencia.
Crece la xenofobia. El odia a la inmigración se hace latente a cada paso. En momentos de crisis aun mas. Los políticos cada vez están mas alejados del pueblo, y mientras Belén Esteban se separa de su marido, se la entrona como princesa del pueblo y ganaría siete escaños en el congreso. Y España tiembla, o eso me creo. Porque cada vez me doy mas cuenta de que España y ya no tiembla por nada.
Melancolía.
Camilo Sexto deja los escenarios y se despide de su publico. Triste noticia para los mitómanos. Otro que se va. A este no ha hecho falta esperar a que se muera, ya le dejamos nosotros y su discográfica que se vaya antes. Eso si, el dia que fallezca llegaran los homenajes como a Urquijo y a Berlanga, que a este ultimo hasta sus amigos le hicieron un homenaje vació para vender un disco.

¿A donde quiero llegar? Pues no lo sé. A un extraño sentimiento de desconsuelo que me inunda cada vez que miro alrededor. A una critica a un mundo rápido y vacío. A una sociedad tibia y descafeinada de la que yo formo parte.
Todos lo que nos rodea se convierte en objeto de consumo rápido. Una lectura rápida de libros, para acabar con este y empezar con el siguiente. Libros y libros que se acumulan en estantes sin recordar apenas que querían contarnos Una escucha por Spotify de discos, uno detrás de otro, de fondo, sin apreciar matices.
Relaciones frías e informatizadas a través de la red. ¿Con Facebook para que voy a salir a la calle?
Un rapidez que me asusta y me aturde. No sé, creo que estoy empezando a tejer el capullo de seda que me envuelve todos los inviernos, aquel en el que me meto calentito y aislado a pensar en mis cosas, a escuchar mi música a leer mis libros y a compartir mí tiempo conmigo mismo, sin que nadie me moleste.

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