jueves, 29 de abril de 2010

Yo, tú, él. Nosotros, vosotros y ellos.

Dicen que formamos parte del universo. Como una molécula pequeñita de polvo, nada más, pero somos parte de él. Dicen que llegamos condicionados por el lugar. El país donde nacemos nos otorga una cultura, unas tradiciones, una lengua, un estatus social incluso. Dicen que la tierra tiene millones de años, y en un fragmento de este tiempo, mas pequeño que un segundo, pasamos nosotros, en ese instante que hemos venido a llamar vida.
Y después de esta introducción pienso yo: Si solo estamos aquí un rato ¿para qué nos complicamos tanto la vida?. Si, sé que últimamente estoy un poco negativo con el entorno, dándole vueltas al mundo como si de mi dependiera que girara, pero es que no lo puedo evitar. Veo todo raro, y no hablo de política que me ciego...
Las personas van cada una a su rollo, con un individualismo casi enfermizo. No tenemos tiempo para nada, solo para trabajar. Hoy en día el mas estresado es el triunfador. El despiadado que pisa a cualquiera para llegar la cima, es el rey.
¿Dónde quedaron otros valores? La amistad por ejemplo. Por suerte tengo grandes amigos, siempre a mi lado para cualquier cosa, pero que difícil es que surja alguno más. Todo el mundo esta a lo suyo.
Queremos tener todo regulado, con leyes que marquen hasta el ritmo de nuestros pasos: No fumes, no bebas, no salgas, no te drogues, no comas alimentos transgénicos, haz deporte, come pescado fruta y conservas: es un consejo del gobierno de España. !Pero si nos vamos a morir igual, dejadme que coma lo que quiera!
Poderoso caballero es Don Dinero. Esa la otra. La avaricia. Tanto tienes tanto vales. A mí me suele dar vergüenza decir mi sueldo, porque después de toda una vida de trabajo, todo el mundo (hasta el más desgraciado) gana más que yo. Así que ahora prefiero mentir y decir que gano todavía menos de lo que gano (que ya es decir), siguiendo los consejos de mi madre que siempre ha dicho “hijo mío, mejor que te tengan lástima a que te tenga envida, que la envidia es carrera del diablo”, y las madres nunca mienten.
Hoy en día no es una gran persona el que hace algo por la humanidad, inventa una vacuna que cura el SIDA o simplemente dedica unas horas de su tiempo a acompañar ancianos o a atender a sus padres. No, el triunfador es el que gana mucho. El que tiene un Iphone ( que por cierto, como me gusta ese móvil)o el que trabaja de las 24 horas, 23 y media. Aunque su vida sea una mierda (con perdón), el que tiene una casa más grande, un coche mejor, una vida de aparente lujo.
STOP. Vamos a parar a seco. Frena, me digo. Mira el mundo. No es que yo me haya convertido en un místico anacoreta, alejado de la realidad. Me gusta el mundo y lo que hay. Es que creo que hemos dejado de mirar las cosas sencillas, esas que si te dan felicidad: La llamada de alguien que no esperabas, el apoyo en un momento duro, una comida familiar, un poco más de humanidad, la empatía, el ponerse en lugar de el otro. (también el Iphone, porque no).
Siempre he pensado que cada persona es única, cada ser humano que tenemos ocasión de conocer es un regalo, una joya que se nos entrega para cuidarla y respetarla y, por qué no, hacerla parte de nuestras vidas.
Hagámoslo, no es tan difícil. Miremos un poco más por las personas, que si algo queda de nosotros cuando nos hayamos ido será solo el amor que aquí dejemos. Y el mundo, en ese corto espacio de tiempo que en el habitamos será, seguramente, un poquito mejor.

(Perdón si me pasé de misticismo, pero es que estamos a Jueves y me acabo de comprar un Iphone.)

lunes, 26 de abril de 2010

¡Ay, el pollo!

Cuidado chicos que con el pollo que os crecen las tetas, os quedáis calvos y os volvéis homosexuales (el que ya lo sea no tiene por qué preocuparse). Así que cuidado con estas aves.
Lo que tenemos que oír cada día de estos dirigentes cazurros de allende los mares (cuando no de los de aquí) es inaudito. Si es que lo no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Entre curas, Evos Morales, ZPs y otros personajes de la flora y fauna de este mundo, uno no deja de sorprenderse. Dan para hacer entradas y entradas de blogs. No tienes nada más que abrir Google y te dan mil ideas. Y digo yo: ¿es qué los políticos, ya sean de aquí o de otros países, no tienen otra cosa en que pensar que en todas payasadas que se les ocurren?. Yo les voy a dar ideas. Por ejemplo podían gobernar. ¿Que tal si escuchan a los ciudadanos que les votaron y les ofrecen un pais o un mundo mejor en el que vivir? ¿ y si hacen algo para que el mundo funcione mejor, en vez de hablar de miembros y "miembras", de chupones y chuponas de la SGAE, y de jueces presuntamente prevaricadores?. Es una idea, nada más.
Pero volviendo a Evo, ese hombre primitivo que gobierna Bolivia y que maneja un vocabulario tan limitado que apenas se le entiende cuando farfulla, tiene joyas dignas de un jefe de tribu precolombina. La semana pasada Evo (que es como Eva, pero en masculino) presidió la Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio Climático. Como era de esperar, sus amigos, los revolucionarios Hugo Chávez y Daniel Ortega, se unieron a tan singular evento que parecía más un aquelarre anti-capitalista con tintes folclóricos que una cumbre de dignatarios. Allí había mucha onda telúrica y el empeño en retornar a la semilla después de tantos siglos de humanismo que nos ha llevado hasta el progreso. A Evo sólo le faltó subirse a una pirámide azteca y comenzar a arrojar las cabezas degolladas de sus enemigos. Como echarían de menos al cuarto en discordia. Si, ese, el nuestro. El que ahora esta tan ocupado con la presidencia Europea que se ha olvidado de su país. Ah no, que antes de tan honorífico puesto que por turno le corresponde, ya se le había olvidado que tenía que gobernar.
Fue una suerte que a semejante barahúnda no acudieran ni europeos calvos ni gays, porque seguramente los habrían sometido a sacrificios humanos. Los primeros, por el pecado de haber ingerido alimentos transgénicos importados del imperio yanqui con el malvado propósito de propagar una alopecia planetaria. Los segundos, por haberse inflado a comer tanto pollo con hormonas femeninas que les ha hecha salir más plumas que a las susodichas aves de granja, transformándose en hombres con una sexualidad desviada. No lo digo yo, lo dice Evo.
Que mundo Dios mío, mires para donde mires. Menos mal que en todo país civilizado existe una oposición en los parlamentos para poner un poco de cordura. Por ejemplo en España. Menos mal que esta la oposición para poner un poco de orden. Perdón me he equivocado ¿he dicho orden?¿he dicho cordura? ¿he dicho oposición?. No me acordaba que en España no hay de eso, que la oposición esta a otras cosas, a todo el rollo ese de gobernar a costa de lo que sea. (en Bolivia para que hablar).
Donde vamos a llegar … Con vuestro permiso voy a dejar de leer las ediciones digitales de los periódicos y las noticias de Google. Tampoco voy a ver los programas súper objetivos de Inter Economía, ni los telediarios que se encargan de tergiversar todo lo que llega a sus manos. Con vuestro permiso me retiro, que es la hora de comer y hoy toca pollo con patatas (todo transgénico, por supuesto).

miércoles, 21 de abril de 2010

Un paseo por San Lorenzo

No dejo de descubrir pequeños rincones de Madrid apartados del ruido de los coches y el barullo de la gente. Cuando me apetece tranquilidad, relajación y arte que mejor sitio que un cementerio. Me quedan aun por visitar unos cuantos y uno de ellos era el de San Lorenzo y San Jose. Este cementerio escondido y antiquísimo se encuentra en el distrito de Carabanchel.
Llegué hasta allí con el coche y, tras atravesar unos enormes portones de hierro, accedí a este lugar que como todos los sacramentales destaca por lo solitario y bello. Nada más entrar, se encuentra la tumba de Raimundo Fernández Villaverde y un patio a dos alturas rodeado de nichos negros en los que apenas pueden leerse las inscripciones. Observé que la mayoría databan de principios de siglo. Me recreé en las esculturas de ángeles que son las que más me gustan. La mañana estaba lluviosa y oscura lo cual favorece a estos lugares. De este patio pasé a otro atravesando una pequeña capilla y de allí a otro hasta no saber muy bien donde me encontraba. La lápidas están muy juntas sin apenas dejar pasillo entre ellas, y los cipreses cobijan precioso panteones y desgastadas esculturas de mármol. Allí descansan aparte del ya mencionado Fernadez Villaverde, los condes de Montijo, padres de Eugenia de Montijo.
Me gustan los cementerios, los que me siguen en este blog desde el principio ya lo saben. Me relajan, me hacer tocar el suelo, sentir la finitud de la vida.
Yo, que soy persona que paso en un santiamén de la frivolidad al más absoluto misticismo, no siento miedo de estos lugares. Siempre con el máximo respeto a los que allí descansan, paseo, observo, leo inscripciones, imagino que bajo todas esas losas hay personas que algún día pensaron, sintieron y vivieron como yo.
Rotos todos los prejuicios existentes con respecto a los camposantos, un cementerio, sobre todo cuando es antiguo y tiene arte para mostrar, es una terapia estupenda, un choque frontal con la realidad que siempre viene bien.
Mis amigos catalanes, sobre todo Toni Collbató, esta haciendo una estupenda labor para promocionar las rutas europeas por cementerios, las que desde este blog me uno e incluyo un icono en lado posterior para sumarse a esta iniciativa.
Dejo todas las fotos que hice para os hagais una idea del lugar, podéis verlas pinchando aqui.

sábado, 17 de abril de 2010

¿Dónde vas tan rápido?

Eso es lo que se suele decir cuando algún bala nos adelanta por la carretera, le ves pasar de largo y al minuto le pierdes de vista. Pero yo no me refiero a eso. Me refiero al propio tiempo. Pero ¿Dónde va tan rápido? ¿Por qué corres tanto?.
Ayer salí de la oficina a media mañana. Para llegar al BBVA, sitio a donde me dirigía, tenía que cruzar por delante de un instituto justo a la hora del descanso. Allí estaban todos los mozos y mozas de 16 años al calor del sol mañanero, con un bocadillo en una mano y un cigarro en la otra. Mucho antes de pasar por delante ya escuché el barullo de voces y el griterío de los chavales. Por un instante, como un rayo, llegó a mi cabeza cuando el que estaba allí sentado era yo. Tampoco hace tanto me dije. Dudé. ¿15,16,17 años?. ¿Ya hace por lo menos quince años que yo tenía quince?. Que rápido pasa el tiempo, me dije, parece que fue ayer. ¿Por qué el tiempo va tan rápido?¿A dónde va a tanta velocidad? Con quince años me imaginaba la vida como una experiencia llena de aventuras. Montaría un negocio que funcionaria bien, encontraría a alguien con quien pasar mi vida, tendría hijos antes de darme cuenta. Viajaría por el mundo, eso si, mucho antes de lo de los hijos, y a los cuarenta por ejemplo estaría montado con un piso enorme y una vida completa. Nada. Ni me casé ni conocí todo el mundo que esperaba, sólo el que me ha dado tiempo. Lo de los hijos comprendí enseguida que no estaba hecho para mí. Y el tiempo pasó. Cuidado, me gusta mi vida, todo lo que he hecho en ella y lo que me queda; pero ¿Por qué va todo tan rápido? ¿Es que no puedo ir a la par, que el tiempo dure lo que tiene que durar?
Cuando regresé a la oficina abrí un momento mi correo y me saltó un mensaje del facebook. Que invento esto del Facebook, por cierto. Por ahí aparecen amigos de otros tiempos, de antes de que uno se reencarnara en quien es incluso. Como si se comunicara a través de la guija, apareció como de la nada un mensaje de una amiga que ya casi no recordaba. Acepte corriendo y vi sus fotos actuales: casada, con hijos, igual de guapa pero en la treintena como yo. ¡Dios mio, esta mujer! Cuantas risas juntos, cuantos planes, cuantas tardes de invierno de discotecas en discoteca. Vi toda la lista de amigos ( en Facebook solo tengo a mis amigos, nada de desconocidos) y me fui fijando en sus caras. Como a pasado el tiempo para todos. Apenas hace unos años estábamos pegando botes en cualquier alter hours de viernes a domingo, y ahora salgo un día y me harto para dos semanas. ¿En que momento paré mis salidas y decidí que estar por dejándome la piel en cualquier antro de Madrid ya no estaba hecho para mi, al menos para hacerlo todos los días?
Tic tac, Tic tac. El tiempo no se para nunca. Nunca lo dejamos atrás, bueno si, el último de nuestros días; pero el resto, como mucho, nos adelanta. Pasa a nuestro lado como ese coche bala. Pocas veces le llevamos en el mismo carril, acompañándonos. !Me falta tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer¡ Uno se mira al espejo a diario y apenas si tiene tiempo para percatase que pequeñísimas arrugas (muy pequeñísimas desde luego) van apareciendo sin que se pueda hacer nada para evitarlo. Tiempo, tiempo, tiempo. Esos minutos que nunca tenemos, esos días que se marchan. Esas vacaciones que tanto esperas y pasan antes de que lleguen. Aquellos amigos que dejas de ver por falta de tiempo. Los estudios que se quedaron a medias por que no podías compaginar con el trabajo. La obra de teatro que retiraron de la cartelera por que un fin de semana tras otro no encontraste el momento. Aquel viaje, aquel sueño. Menos mal que para muchas otras cosas el tiempo se adapta y se pueden cumplir.
Tiempo, eso es lo que falta. Y si pudiera hablar con él le diría: Pero ¿Dónde vas tan rápido?

miércoles, 14 de abril de 2010

BERTONE DEL ALMA MÍA

Que difícil es para un creyente como yo escribir este post. Pero es que ya esto pasa del gris al negro, porque para pasar del negro al gris ya está mi blog.
Y es que ahora resulta que para este personaje, señor Bertone (que una de dos o esta tan encerrado en el Vaticano que aun no ha aprendido lo que es el mundo, o no sabe ya como justificar la pederastia en el seno de su clan) La pederastia va unida a la homosexualidad. Es decir, que un cura pederasta no lo es porque sea un enfermo sexual, o este harto del celibato. No. Lo es porque es homosexual.
Si, soy creyente. Cada vez mas Cristiano y menos Católico Bertone, pero no gilipollas como para agachar la cabeza ante estupideces como las que salen por sus santas bocazas.
Los homosexuales no son pederastas por naturaleza ni al revés. Al igual que no juzgo a toda la iglesia católica por un puñado de delincuentes (un puñado grande, pero puñado al fin y al cabo), tampoco busque usted una relación entre pederastia y homosexualidad. No señor, no es lo mismo. No creo que haga falta que se lo explique. Su iglesia sabe mucho de este tema. Homosexualidad es amor, pederastia es delito.
Le voy a dar un consejo: cuando miembros de una institución cometen un error, un error tan grande cómo abusar de menores, lo normal es que la susodicha pida perdón. Ni más ni menos, simplemente perdón que para eso son ustedes los representantes de Dios en la tierra. Bueno eso se creen, porque no creo que Dios tenga mucho que ver con ustedes. Se lo digo yo, que soy creyente y de Dios se mucho.

Ese Dios del que tanto hablan y repito, en el que creo desde que nací, no permitiría la opulencia con la que obispos y cardenales viven, ni sellos de oro papales, ni zapatos de Prada para calzar al santo padre. No.
Ese Dios, mi Dios, no juzgaría a ningún colectivo y más cuando aún si su mayor delito es amar (no juzguéis y no seréis juzgados ¿le suena?. Amaos los unos a los otros ..). Ese Dios les perdonaría a ustedes, a todos. A los pederastas y a los obispos que miran hacia otro lado, e incluso al Santo Padre. Pero a los homosexuales no. Mi Dios no los perdonaría porque no hace falta que los perdone; ya los creo el así. Son su obra, como usted Cardenal Bertone, ni más ni menos que usted.
Fíjese, en algo si coincidimos; no creo que la ausencia de celibato frene a los pederastas. Un pederasta es como un violador o cualquier otro delincuente sexual. Aunque ustedes dejaran a sus pastores mantener relaciones seguirían existiendo pederastas.
Hablan de lo que es natural o no. La homosexualidad no; pero le recuerdo que el celibato tampoco. Hablan ustedes de un solo modelo de familia, que es el motor y soporte de la sociedad, estoy de acuerdo completamente ¿Por qué no la forman ustedes mismos, como hacemos los demás?
En fin, Señor Bertone, esta claro que de esta manera mal vamos. Preocúpense de sus problemas que son muchos, pidan perdón que no cuesta tanto (hasta yo mismo lo hago si en algo le he ofendido a usted o a cualquiera que lea esto) y compórtese como la mayoría de los homosexuales, bien, o como sus misioneros, los párrocos de pequeñas iglesias, catequistas, Caritas diocesana y toda la buena gente que tiene en su seno, y no como esos pastores pederastas, obispos soberbios y ricos que sermonean y viajan en BMW, y todos esos hombres que se reúnen (con falda por cierto) a celebrar misas mientras van “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Por cierto, si usted cree que mi Dios no es el acertado, que esta mejor el suyo, entonces es que no creemos en el mismo.
Tome nota Señor Bertone si por casualidad se encuentra usted con mi blog, que es algo tan improbable como que las altas esferas de la iglesia (que no toda) se comporte de una vez por todas como Dios manda...

miércoles, 7 de abril de 2010

OBJETOS

El otro día, viendo el programa “Volver” de la primera, emitieron el particular regreso de José Bono a su tierra. Es un programa que me gusta y me disgusta a partes iguales. Hay personajes que lo hacen muy entretenido, con ese punto de nostalgia, y otros (sobre todo los mas jóvenes) que no me dicen nada. También tienen mucho que ver la tierra de donde sean para que me sienta identificado o no.
José Bono es manchego, mi segunda patria. Exceptuando a mi generación, todas las anteriores en mi familia son manchegos, así que tengo especial simpatía por aquella tierra.
Bono arregló la casa de sus padres y conservó todos los objetos que pudo formando una especie de museo en el sótano. Eso me hizo pensar que yo mismo soy un poco maniático con los objetos que tienen especial valor para mí. Lo guardo casi todo y no por un afán coleccionista, no. Guardo todo lo que tiene un valor sentimental .
Creo que los objetos poseen la fuerza de sus dueños, la personalidad de todos aquellos que alguna vez los poseyeron. Recapitulando tras la emisión, me di cuenta de que en el salón de mi piso de soltero, tras independizarme, esta el reloj de pared de mi tía y su juego de sillas y mesa, combinadas perfectamente con la modernidad de una casa de alguien joven. En el armario, amarilleando de no ver la luz, dormitan las mantelerías de mi madre, y en una vitrina, casi escondida, la vajilla de herencia que jamás uso.
Son objetos que, como un libro, narran una historia. Una historia que además va unida a mi familia. Esa vajilla de porcelana, por ejemplo. He oído decenas de veces su historia: Se la regalaron unos marqueses a mi tía abuela, que servía en su casa, como regalo de bodas. Inicialmente la vajilla tenia un montón de piezas, pero en un bombardeo durante la guerra civil se rompieron la mitad. Ahora la miro de pasada e imagino las vueltas que habrá dado por el mundo hasta llegar aquí, a “la republica independiente de mi casa”.
O el reloj, que se lo trajeron de Barcelona, y mi abuela que no sabía leer la esfera, era capaz de descifrar la hora sumando las campanadas.
Los objetos tienen el valor que su dueño quiera darle. Muchas personas los ven como chismes inservibles y al morir los padres o los abuelos, lo tiran todo, deshaciéndose de un pedazo de su propia historia.
Hace algún tiempo, cuando mi tía se hizo tan mayor y ya no podía estar sola en casa, decidió que la mejor opción era marchar a una residencia. Al no tener hijos y tener que alquilar la casa para pagar su otro hogar, nosotros tuvimos que sacar de allí todo lo que durante años fue guardando .
En una caja salieron todas las invitaciones de boda a las que asistió. Revistas, fotos antiguas, regalos tontos que durante años le hicimos envueltos algunos aun en el mismo papel. Calendarios de santos, cintas de música de su época, libros viejos y mantelerías sin estrenar.
Infinidad de objetos que fuimos incapaces de tirar porque cada uno significó algo en su vida. Todos ellos forman parte de un pequeño museo, como el de Bono, en la casa de campo familiar.
Durante varios meses, ella preguntó que fue de su vajilla, donde fueron a parar sus muebles, y sus cortinas; que si utilizábamos su mantelería que tuviéramos cuidado porque podía mancharse. Y es que en su cabeza estaba almacenado todo lo que consiguió en años.
Me encantan todos estos objetos de los que me siento incapaz de desprenderme. Verlos, revivirlos e imaginar que un pedazo de la gente que queremos, permanece vivo en nosotros, en la memoria y también en los objetos.
Algún día, nosotros, habremos acumulado sin darnos cuenta, un montón de chismes más.

lunes, 5 de abril de 2010

CEMENTERIO DE POBLENOU DE BARCELONA

En mi última visita a Barcelona, como ya comenté un par de entradas antes, aproveché para visitar con mis amigos blogger el cementerio de Poblenou. Aparte de resultar una experiencia extraordinaria por la compañía, el lugar, sin duda, es una gran paleta artística donde recrearse la vista y los sentimientos que despiertan sus esculturas y la sobriedad del lugar. El cementerio de Poblenou, del siglo XVII, es el más antiguo de Barcelona por lo que contiene muchísima historia. En el año 2004 se creó la ruta de los cementerio de Barcelona, para dar a conocer su atractivo cultural, monumental y turístico.

Se accede al lugar rodeado de altísimas paredes de nichos, con inscripciones de lo más variopintas. Mis compañeros me explicaron que el ayuntamiento instó a los familiares a que las inscripciones gozaran de cierta originalidad, y sin duda la tienen. Tras superar estos pasillos, algo asfixiantes, se accede al gran patio posterior, un lugar repletos de bellísimas esculturas, panteones, extraños nichos, epitafios curiosos y mucho espacio para deleitarse la vista. Por suerte, Toni Collbató, acababa de recibir el permiso especial para fotografíar, ya que como en todos los cementerios de España, esta prohibido hacer fotografías dentro. En esta ocasión y gracias al permiso, pudimos deleitarnos con cada ángulo y cada espacio de este maravilloso lugar. Al ir acompañado por ellos conocí de primera mano diversas historias que de otra manera no hubiera podido saber. De todo el recorrido, destacaría una escultura que creo que es la más bella que he visto jamás de todos los cementerios que he recorrido por España y que encabeza esta entrada. "El beso de la muerte" es quizás la obra escultórica más famosa del camposanto, por el impacto que crea al visitante. Representados un cadáver alado y un difunto, el ángel de la muerte se lleva las almas de los caídos al cielo, no sin crueldad. La escultura está acompañada de unos emocionantes versos de mosén Cinto Verdaguer: Mes son cor jovenívol no pot més; / en ses venes la sanch s"atura y glaça/ i l"esma perduda amb la fe s"abraça/ sentint-se caure de la mort al bes.
Después, accedimos a otra zona algo más aislada, donde el aspecto del camposanto pasó a ser algo mas kitch, pero no por eso menos interesante.
Sentí muchísimo estar tan cansado después del viaje, porque la visita me pareció apasionante y bellísima. Volveré.
Para ver todas las imágenes captadas ese día, pulsad AQUÍ
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